Ingredientes:
·
100 ml
de aceite suave
·
100 ml
de zumo de naranja
·
2
huevos
·
200
gr. de azúcar
·
450
gr. de harina aproximadamente
·
1
sobre de levadura
·
2
sobres de gasificante (se compra en la farmacia)
En una sartén ponemos el aceite y freímos una cáscara de naranja. Dejamos enfriar. Una vez frío mezclamos en un bol el aceite y el zumo de naranja previamente colado para que no nos quede la pulpa de la naranja.
En otro bol mezclamos los huevos y el azúcar y batimos mezclando bien. Añadimos el contenido del otro bol.
En un tercer bol mezclamos la harina, la levadura y dos sobres de gasificante, mezclamos todo bien y vamos incorporando poco a poco al otro bol. En principio con la cantidad puesta en los ingredientes será suficiente, pero a lo mejor necesita un poco más, como dicen nuestras abuelas….”la masa te lo va pidiendo”.
Vamos mezclando primero con una cuchara de madera y después tendremos que pasar a las manos, se quedará la masa pegada a las manos, pero seguimos amasando hasta que vaya cogiendo consistencia. Nos ponemos un poquito de aceite en las manos para seguir amasando, la masa quedará pegajosa pero ya no se nos quedará pegada a las manos.
Dejamos reposar tapada media hora en la nevera. Ahora ya, vamos a darle forma a las rosquillas, para ello cogemos un poquito de masa, hacemos una bola y después estiramos haciendo un rodillo, juntamos los extremos y freímos en aceite suave. Ponemos en papel absorbente.
Ya sólo nos queda pasar por una mezcla de azúcar y canela.
No es una receta tan rápida, ni tan limpia, ni tan fácil como las que suelo poner, pero están tan ricas que merece la pena.
Esta receta es de mi madre, le salen tan tan tan buenas, que seguro que siguiendo los pasos de la receta os quedan igual de ricas. Hace otras muy parecidas a éstas, que llevan anís, que ya subiré, porque también están buenísimas
¡¡¡Seguro que os gusta!!!