Ingredientes:
·
1 pechuga
de pollo
·
1 limón
·
2
cucharadas de Soja
·
1 huevo
·
1,5
cucharada sopera de maizena
·
2
cucharadas de azúcar
·
1 vaso
de caldo
Cortamos la pechuga por la mitad y la ponemos en un bol a macerar con la soja, mojamos bien la pechuga en soja por ambos lados y metemos en la nevera durante 1 hora.
Preparamos la salsa: quitamos el principio del limón, cortamos dos rodajas y exprimimos el resto. Mezclamos el zumo, el azúcar, el caldo y 1 cucharada de maizena. Llevamos la mezcla a una sartén junto con las rodajas de limón y ponemos a fuego medio hasta que empiece a hervir, que ya habrá espesado la salsa.
Batimos el huevo y añadimos la media cucharada de maizena, pasamos las pechugas de pollo por el huevo y freimos a fuego medio, para que quede crujiente y dorada por fuera pero hecha por dentro. Si lo ponemos a fugo demasiado alto, se dorará pero por dentro quedará cruda.
Retirar a un papel absorbente para retirar el exceso de aceite y cortar cada pechuga en lonchitas. Colocamos donde vayamos a servir y echamos por encima la salsa, abundante, que queden bien jugositas.
Una receta buenísima, y diferente, al menos en mi casa, que no solemos tomar el pollo el así. Acompañado un arroz blanco de grano largo, nos queda una cena de 10
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