Esta receta es de
las que yo catalogo de 10, por su facilidad, por su sabor, por su presencia……..¡¡¡¡y
de momento, sólo tengo 3 en esta lista!!!!.
Esta
concretamente me la pasó Viki, que cocina divinamente aunque nunca tiene tiempo,
debe ser que por ello se agudiza el ingenio.
Desde que la
probé en su casa, la he hecho infinidad de veces, en multitud de ocasiones
especiales, en infinitas celebraciones y también, por qué no, en cualquier cena
normal de un día normal…….es que vale para todo.
¡¡¡Gracias Viki, que no Vicky!!!
Ingredientes:
- 2 solomillos de cerdo
- 1 sobre de sopa de cebolla
- Sal
- Azúcar moreno (si no tenemos vale
con azúcar normal)
- Agua
- Nata (opcional)
Cortamos los
solomillos en medallones y salamos ligeramente.
En un plato
colocamos el azúcar y “rebozamos” los medallones. Freímos ligeramente el
solomillo, únicamente para sellarlo y que no se escapen los jugos, si nos
pasamos al freírlos, luego al cocer con la salsa se queda muy seco.
En un cazo
ponemos a hervir un vaso de agua, cuando esté añadimos el sobre de sopa de
cebolla y removemos hasta que se deshaga, podemos ayudarnos de la batidora,
añadimos más agua y echamos a la sartén donde hemos dispuesto los medallones.
Yo le suelo poner
un poco de nata, que le da su puntito, pero la receta original no la lleva, así
que…….a gusto de cada uno.
Dejamos hervir un
poquito para que el solomillo termine de hacerse y se integren todos los
sabores, pero ojo, no demasiado que si no corremos el riesgo de que quede seco.
Hmmmm…….qué
rico!!!!!. Espectacular, de verdad, no podéis dejar de probarlo.
¡¡¡Seguro que os
gusta!!!
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